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    La arquitectura ha sido siempre una manifestación tangible del pensamiento humano, donde se entrelazan principios matemáticos, creencias espirituales y expresiones culturales. A lo largo de la historia, las matemáticas han jugado un papel crucial en el diseño de estructuras, desde los antiguos templos hasta los edificios contemporáneos. En la "antropología de los números", se destaca cómo diferentes civilizaciones han utilizado proporciones matemáticas para representar no solo orden y belleza, sino también para reflejar valores culturales profundos. Ejemplos como la proporción áurea en Grecia o la geometría en las pirámides de Giza muestran que la matemática no es solo una herramienta práctica, sino también un puente entre lo material y lo espiritual, unificando a los arquitectos con la naturaleza y la humanidad.

 

    El desarrollo de las civilizaciones, a pesar de su aislamiento geográfico, también ha revelado patrones arquitectónicos universales. Un ejemplo claro de esto es la comparación entre Tenochtitlán y la Ciudad Prohibida de Pekín. Ambas ciudades, aunque pertenecientes a culturas distintas, compartieron el uso de plataformas elevadas para organizar el espacio y subrayar la relación entre poder y divinidad. En Tenochtitlán, los templos sobre plataformas eran epicentros religiosos que conectaban el cielo y la tierra, mientras que en Pekín, la Ciudad Prohibida organizaba el espacio imperial, reforzando la majestuosidad del emperador y su conexión con el cielo. Ambos ejemplos destacan cómo la arquitectura puede expresar aspiraciones de poder, trascendencia y conexión con lo sagrado.

 

    Las matemáticas no solo se aplican para organizar el espacio, sino que también influyen en la experiencia emocional de quienes habitan o visitan los edificios. La arquitectura sagrada en particular, como las catedrales góticas europeas o el Templo del Cielo en Beijing, emplea proporciones y geometría para crear una atmósfera de reverencia y espiritualidad. Estas estructuras, a través de la altura, la simetría y la disposición de formas geométricas, intentan llevar al espectador más allá de lo terrenal. A nivel más práctico, las matemáticas también ayudan a que estos espacios sean visualmente armoniosos y adaptados a la escala humana, lo que refuerza la sensación de familiaridad y pertenencia.

 

    En la arquitectura contemporánea, a pesar de los avances tecnológicos, los principios matemáticos siguen siendo fundamentales. La integración de la tecnología digital con proporciones tradicionales permite a los arquitectos crear edificios que no solo satisfacen necesidades funcionales, sino que también resuenan emocionalmente con las personas. Ejemplos como el Museo Guggenheim de Frank Lloyd Wright o el Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe muestran que las matemáticas siguen siendo esenciales para mantener la armonía visual y emocional en el diseño arquitectónico. Al igual que en el pasado, la arquitectura moderna sigue explorando la relación entre las matemáticas y la experiencia humana, demostrando que, independientemente de los avances tecnológicos, los principios matemáticos subyacentes seguirán siendo relevantes para el diseño de espacios significativos.


Ensayo Base por Gabriela Beníquez, Alexannette Oppenheimer, Yarelis Serrano, Ariana Cruz


Referencias:

Shirley Ortiz, Diego Colón, Azalea Pereira

Prof. Isado

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